Ya ha pasado una semana desde que os desvelé en qué lugar me encontraba. Bangladesh, un país ubicado al sur de Asia y rodeado por la India. Un país en vías de desarrollo y sujeto a frec
uentes inundaciones provocadas por monzones y ciclones. Un país donde se respira miseria, un lugar que podría ser maravilloso pero que tras cada inundación se demacra más y más, puesto que los escasos medios con los que cuentan no son suficientes para reconstruir un lugar que mantiene una lucha activa contra los fenómenos de la naturaleza. Pero a pesar de ser un país destrozado y uno de los más pobres del mundo, aún mantiene, dentro de unos límites, su riqueza cultural.
¿El por qué de mi visita? Ahora ya lo sé. Alexandre había estudiado economía, pero lejos de la Bolsa, los grandes Bancos o los tipos de interés, quería conocer el país pobre donde se iniciaron los importantísimos microcréditos.
Los microcréditos son préstamos realizados a personas demasiado pobres sin exigir garantía o aval , para la financiación de pequeños proyectos. Mamad Yunnus, padre de los microcréditos concedió el primero, de 27 dólares, a un grupo de mujeres de Bangladesh en 1992.
Una vez planteado esto no es muy difícil hacerse a la idea de la situación económica del país.
Respeco a su situación cultural, es de lo más interesante. Se dice que Bangladesh es de origen multicultural puesto que en este país conviven influencias musulmanas, budistas e hindúes.
Nada más salir a la calle en mi primer día allí me di cuenta de esto, era fascinante. Me dirigí a la biblioteca de la capital del país , a pocos metros del hotel. Como sabéis me gusta escribir y por ese motivo la literatura es algo imprescindible en mi vida. Fui en busca de la más importante de las obras escritas en Bangladesh, trabajo de los poetas Rabindranath Tagore y Nasrul Islam, una obra literaria en verso, que para mi desgracia no encontré traducida al castellano o al inglés. Una pena, me habría encantado leer lo que muchos califican como joya literaria.
Al no encontrar lo que buscaba recogí mi mochila con intención de salir, cuando uno de los angloparlantes encargados de la biblioteca se dirigió a mí con un libro en sus manos, diciéndome que era el libro traducido al inglés que muchos turistas buscaban. No era exactamente ese el objeto de mi búsqueda, pero se trataba de la producción de Talisma Nasreen, quien ha recibido elogios incluso de los fundamentalistas musulmanes por sus críticas abiertas a la opresión islámica de la mujer.
Pasé la mañana y parte de la tarde leyendo la obra de reconocido prestigio.
Al día siguiente me interesé por el teatro. La manifestación más artística de la cultura. Según había buscado la semana anterior en Internet, las representaciones teatrales más importantes se daban en época de cosechas o durante las ferias de los pequeños pueblos.
Por suerte, había una gran feria a 20 kilómetros de mi hotel. Conseguí llevar a mi primo a regañadientes.
La verdad es que me gustó bastante. Personas de a pie compraban alimentos y utensilios a vendedores errantes, mientras unos tenderos intercambiaban productos con otros.
Al tiempo que esto sucedía, en la plaza del pueblo tenía lugar una representación teatral, teatro tradicional lleno de bailes folclóricos y bailes clásicos que son una copia exacta de las expresiones artísticas hindúes.

¿El por qué de mi visita? Ahora ya lo sé. Alexandre había estudiado economía, pero lejos de la Bolsa, los grandes Bancos o los tipos de interés, quería conocer el país pobre donde se iniciaron los importantísimos microcréditos.
Los microcréditos son préstamos realizados a personas demasiado pobres sin exigir garantía o aval , para la financiación de pequeños proyectos. Mamad Yunnus, padre de los microcréditos concedió el primero, de 27 dólares, a un grupo de mujeres de Bangladesh en 1992.
Una vez planteado esto no es muy difícil hacerse a la idea de la situación económica del país.
Respeco a su situación cultural, es de lo más interesante. Se dice que Bangladesh es de origen multicultural puesto que en este país conviven influencias musulmanas, budistas e hindúes.
Nada más salir a la calle en mi primer día allí me di cuenta de esto, era fascinante. Me dirigí a la biblioteca de la capital del país , a pocos metros del hotel. Como sabéis me gusta escribir y por ese motivo la literatura es algo imprescindible en mi vida. Fui en busca de la más importante de las obras escritas en Bangladesh, trabajo de los poetas Rabindranath Tagore y Nasrul Islam, una obra literaria en verso, que para mi desgracia no encontré traducida al castellano o al inglés. Una pena, me habría encantado leer lo que muchos califican como joya literaria.
Al no encontrar lo que buscaba recogí mi mochila con intención de salir, cuando uno de los angloparlantes encargados de la biblioteca se dirigió a mí con un libro en sus manos, diciéndome que era el libro traducido al inglés que muchos turistas buscaban. No era exactamente ese el objeto de mi búsqueda, pero se trataba de la producción de Talisma Nasreen, quien ha recibido elogios incluso de los fundamentalistas musulmanes por sus críticas abiertas a la opresión islámica de la mujer.
Pasé la mañana y parte de la tarde leyendo la obra de reconocido prestigio.
Al día siguiente me interesé por el teatro. La manifestación más artística de la cultura. Según había buscado la semana anterior en Internet, las representaciones teatrales más importantes se daban en época de cosechas o durante las ferias de los pequeños pueblos.
Por suerte, había una gran feria a 20 kilómetros de mi hotel. Conseguí llevar a mi primo a regañadientes.
La verdad es que me gustó bastante. Personas de a pie compraban alimentos y utensilios a vendedores errantes, mientras unos tenderos intercambiaban productos con otros.
Al tiempo que esto sucedía, en la plaza del pueblo tenía lugar una representación teatral, teatro tradicional lleno de bailes folclóricos y bailes clásicos que son una copia exacta de las expresiones artísticas hindúes.
Mi semana se pasó por calles detruidas, aldeas que se intentaban reconstruir y ciudades llenas de gente a la que no le quedaba absolutamente nada.
Ahora mismo estoy en el aeropuerto, no tardaré en coger mi vuelo hacia un lugar magnífico.
Respecto a Bangladesh, ¿Qué opináis? ¿Es moral que nosotros, los ricos, sigamos viviendo nuestra feliz vida mientras un pueblo lleno de encantos va ahogándose en su propia miseria a cada segundo?Sin embargo, allí se conceden los famosos microcréditos, cuyo fundador fue en su día Premio Nobel de la Paz. Yo pienso que eso es una muestra de unión, un pequeño gesto que se hace grande, demostrando que aún queda gente que ayuda al resto sin buscar el beneficio y basándose en la confianza. ¿Creéis que estos valores se dan en la sociedad occidental? Yo lo dudo.

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